Matrimonios pastorales saludables: La primer clave

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¿Por qué un matrimonio que sirve a Dios puede sentirse frustrado o decepcionado con su pareja? 


Los
matrimonios pastorales enfrentamos desafíos comunes a cualquier otro matrimonio, pero además se suman una serie de ingredientes muy particulares y elementos únicos, que lo hacen aún mayor.

Entre esos elementos están las presiones de dirigir una iglesia, un grupo de personas que enfrentan dificultades y necesitan ser acompañadas, una lista inagotable de eventos, preparar material de estudio y predicación, atender emergencias inesperadas, desde situaciones en un edificio hasta problemas matrimoniales de los congregantes.

Todos estos elementos extras agregan presiones, tensiones y demandan gran parte del tiempo y energía. Por lo tanto, si el matrimonio no sabe cómo vivir en esa realidad ministerial va a enfrentar problemas.

En esta serie de nuestro blog, vamos a estar explorando algunos puntos claves para desarrollar salud relacional en el matrimonio pastoral.

Una estadística realizada sobre los matrimonios pastorales, dictaba que el 77% de los pastores sienten que no tienen un buen matrimonio. Esta cifra es bastante alta como para dejarla pasar y no prestar atención.

Podemos hablar de varios elementos que pueden ayudarlos con las frustraciones que surgen o las decepciones que sin querer se comienzan a sentir cuando no se priorizan ciertas cosas. Aunque es muy probable que las tensiones no desaparezcan, sí se puede aprender a lidiar con ellas.

Por eso veremos el primero de seis principios, para que un matrimonio sea fortalecido en medio de todas estas luchas:

El Señor Jesús en el centro de la relación.


Prestemos atención, no estoy diciendo que la iglesia o el ministerio sean el centro, sino Jesús. Cuando servimos a Dios es muy fácil caer en poner a la iglesia antes que todo sin darnos cuenta, ya que al pastorear, nuestra vida puede girar alrededor de esa realidad. Pero es Él el que debe ocupar el primer lugar.

En la vida ministerial no solo vamos a enfrentar las situaciones desafiantes que cualquier matrimonio atraviesa en las diferentes etapas de la vida, como aprender a convivir, resolver conflictos saludablemente o la crianza de los hijos, sino que a eso le sumamos, presiones del ministerio, transiciones y cambios constantes.

Lo que nos ha ayudado como matrimonio, ha sido la decisión de que siempre sea el Señor el que ocupe ese primer lugar, y lo hemos podido hacer a través de tiempos de oración juntos como pareja, pero sé lo que están pensando:  “es difícil hacer todo juntos y mucho más orar, a mi me gusta orar solo o tener mi tiempo devocional solo o sola”. No me refiero a que dejen de lado ese tiempo a solas, de hecho creo que es indispensable para que nosotros individualmente nos aseguremos de que Él sea el primero en nuestra propia vida, me refiero a ese tiempo específico de orar juntos. Donde tengan la oportunidad de orar el uno por el otro, por su matrimonio, por sus hijos, y de esta manera juntos darle el primer lugar al Señor en sus vidas.

Este no debe ser un tiempo muy largo, pueden ser solo unos minutos, pero verán como esto fortalecerá su vida matrimonial y los unirá aún más, no solo una unión entre ustedes sino con el Señor.

Es sorprendente leer que el 95% de los pastores no oran diariamente con su esposa, y no se dan cuenta que se pierden de algo tan valioso y transformador como pareja.

Este es uno de los puntos fundamentales si queremos fortalecer nuestro matrimonio en el Señor, pero te invito a que estés atento a nuestro blog donde compartiré los otros cinco pilares para crecer emocional y espiritualmente en la relación como matrimonio pastoral, el próximo será “los dos creciendo juntos y como persona individualmente”.


En Conexión Pastoral nos esforzamos en brindar herramientas y espacios de reflexión y sanidad para matrimonios pastorales. Uno de nuestros espacios son las Noches de Mentorías, que se llevan a cabo los segundos jueves de cada mes de forma virtual y totalmente gratuitas.

Este año hemos estado hablando sobre un matrimonio emocionalmente sano. 

En estas sesiones grupales puedes encontrar una comunidad segura donde expresarte, aprender y así lograr un crecimiento personal y matrimonial, recibiendo apoyo de mentores experimentados.

Además, hemos creado las Mentorías Grupales, espacios virtuales más íntimos y limitados, diseñados especialmente para matrimonios en liderazgo, que desean un crecimiento más profundo y personalizado. Estas mentorías grupales ofrecen la oportunidad de explorar temas específicos de la relación y la comunicación en el matrimonio pastoral, a la misma vez que se fomenta un ambiente de confianza y apoyo mutuo.

¡Te invitamos a unirte a nosotros en estas noches de mentorías y a aprovechar estos espacios virtuales de crecimiento! Juntos, podemos avanzar hacia una vida matrimonial saludable, que cumple con la misión de Dios y en donde cada uno disfruta su llamado experimentando plenitud en cada área de su vida. 

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Monica Prieto

Mónica Prieto ha servido en el ministerio pastoral por más de 30 años. Es Consejera Pastoral Certificada y Coach en Nutrición y Salud. Lidera junto a su esposo, Daniel, Conexión Pastoral, un ministerio a través del cual promueven la salud y el bienestar del pastor, su familia y ministerio. Invierte gran parte de su tiempo aconsejando y mentoreando a hombres y mujeres que están en el ministerio. Mónica tiene una Licenciatura en Ministerio Cristiano y además en Psicología: Consejería Cristiana y Coaching de Vida, actualmente está cursando su Maestría en Psicología Clínica y de la Salud. Mónica y Daniel han estado casados por 34 años y tienen cuatro hijas, Melisa, Julieta, Paula y Victoria. Le apasiona hablar sobre los temas de salud integral, familia. Hogareña de corazón, ama caminar, disfrutar el paisaje, escribir y pintar.

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