Cultivando relaciones saludables para la convivencia en la comunidad de fe y para el trabajo en equipo

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Año tras año, en mi rol de facilitador acostumbro a iniciar la Escuela de Formación Pastoral conversando sobre qué es una comunidad segura y su importancia, porque no puedo invitar a los participantes de los Intensivos a un proceso de diálogo, autorreflexión y diagnóstico personal que los lleve a la toma de decisiones para el cambio, si no se sienten en un espacio en el que están seguros.

Es decir, un lugar donde pueden dialogar con transparencia, donde cada uno se confronta a sí mismo con honestidad porque está convencido de que al abrir su corazón y hacerse vulnerable frente a los demás, encontrará compasión, empatía y por sobre todo una mano amiga que lo ayude a crecer, a cambiar, a fortalecerse y, de ser necesario, ser restaurado. 

Por lo tanto, tras conversar sobre esta realidad con cientos de pastores, líderes y miembros de iglesias locales a través de los Intensivos de Formación Pastoral, con gran entusiasmo, escribí el libro “Comunidad Segura”

 

Comunidad Segura

Cuando escribí este libro, mi convicción era que si deseábamos ser más que expresiones litúrgicas semanales o instituciones que se organizan para buscar el cumplimiento de una visión, necesitábamos someternos a un análisis profundo como iglesia.

Porque somos la iglesia de Cristo, la cual siendo por naturaleza espiritual, quienes la componen, viven y se reúnen en comunidades. 

Estas comunidades no son ni más ni menos que espacios donde los creyentes se relacionan entre sí para la convivencia y para el servicio a Dios, y  esas comunidades cristianas tienen el desafío de expresar a Jesús en sus relaciones interpersonales y comportarse juntos, como lo que son: el cuerpo de Cristo. 

Lo cierto es que muchas de las iglesias locales lo reflejan, ya que cuando alguien participa de su vida comunitaria, puede experimentar entre ellos el carácter de Jesús, el amor de Dios, la presencia y obra del Espíritu Santo.

Pero también es cierto que muchas de las iglesias llamadas cristianas son espacios comunes o comunitarios muy insalubres, donde es más fácil perderse que salvarse. Donde es más fácil enfermarse que sanarse, cuando eres parte de ellos.

Por esta razón el libro Comunidad Segura es una invitación a la reflexión bíblica, a discernir la voz del Espíritu Santo y a asumir nuestra responsabilidad como hijos de Dios y como iglesia de Jesucristo.

Qué significa Comunidad

En primer lugar, no podemos hablar de comunidad segura si no nos ponemos de acuerdo sobre qué es comunidad para nosotros. Por eso en la primera parte del libro desarrollo los principios de la koinonia, una palabra griega que se usa 27 veces en el Nuevo Testamento, 8 veces como verbo y 19 veces como sustantivo, para describir a la primera iglesia en su relación comunitaria. 

Koinonia es mucho más que congregarnos para celebrar una reunión. 

Koinonia es una comunidad de Dios donde se practica la generosidad, una relación con Dios donde se vive la misma consagración, un enfoque de parte de Dios con los mismos propósitos e intereses, con muchos colaboradores de Dios que viven en compañerismo y un equipo para servir a Dios donde todos realizan el mismo esfuerzo.

 

Cómo definimos Seguridad

En segundo lugar, no podemos hablar de comunidad segura si no definimos seguridad y cómo podemos dar seguridad a los miembros de la comunidad. Por lo tanto, la segunda parte del libro se enfoca en cómo cultivar seguridad.

Desde la semántica la palabra seguridad tiene sus raíces en la palabra latina securitas, que significa sin preocupaciones, sin problemas, libre de preocupaciones, amenazas o problemas. Esto incluye sentirse a salvo de cualquier daño que otro pueda causar.

Así que, definimos comunidad segura como un grupo de personas que pueden convivir y servir juntos al Señor Jesús sintiéndose a salvo de cualquier daño que otro pueda causar, no porque no haya problemas, sino porque hay una intención clara en los miembros del grupo de cultivar una salud bíblica y espiritual en sus relaciones interpersonales.

 

Principios y actitudes que construyen o destruyen

Los principios bíblicos de la honestidad relacional, la conversación intencional, la evaluación personal, el reconocimiento y el empoderamiento del otro, son catalizadores de la salud de la iglesia como comunidad, dando seguridad a sus miembros.

Pero actitudes o conductas tales como la diplomacia religiosa, el monólogo gerencial, el juicio congregacional, la crítica destructiva y la manipulación humana, son defectos que se presentan en las iglesias y en los equipos ministeriales creando ambientes muy inseguros para sus miembros.

En consecuencia, como lo expresó el apóstol Pablo, tenemos muchos enfermos entre nosotros y otros ya han muerto. Quizás algunos han muerto físicamente, pero muchos mueren en lo emocional, en lo espiritual o ministerialmente por causa de estos defectos en la manera de convivir y servir.

 

Lejos de juzgar a la iglesia y su liderazgo

Es importante aclarar, que no escribí este libro con un espíritu de juicio condenatorio sobre la iglesia y sus líderes. Muy por el contrario, lo escribí con un espíritu profético y de gracia

Buscando ver una iglesia que siendo confrontada por la Palabra y por el Espíritu Santo, pueda despertar y reaccionar, si así es necesario, para desarrollar salud en sus espacios comunes. Esa salud que hace de nuestras comunidades un lugar de encuentro entre Dios y el hombre. 

Donde el hombre se sienta libre de rendirse a Dios sin que nada ni nadie lo estorbe. Pero también espacios comunitarios de fe donde Dios pueda traer redención al espíritu, al alma, al cuerpo de cada persona y de cada familia, sin que nada ni nadie lo estorbe.

 

Guía para la conversación y el discipulado 

Mi anhelo es que este libro pueda ser usado en los procesos de discipulados de las iglesias locales, ya que está diseñado como una guía, estructurada en breves capítulos que al final tienen preguntas, para la reflexión, el devocional personal y la conversación en grupos de discipulado.

La expectativa es que se pueda usar para cultivar una comunidad segura combinando la lectura individual con la lectura grupal, la reflexión personal con el diálogo comunitario. Con la intención de escuchar a Dios hablándoles como individuos y como grupo.

 

Convivencia y trabajo en equipo de los ministerios

A su vez, “Comunidad Segura” es una invitación a cultivar una relación saludable para la convivencia en la comunidad de fe y para el trabajo en equipo de los ministerios de la iglesia. 

Mientras más saludables sean las relaciones interpersonales en la iglesia y en sus ministerios, más habilitada estará la iglesia para ser protagonista de, y cumplir con la misión de Dios. 

Pastores y líderes, seamos una comunidad de Dios a través de la cual Jesucristo se presente en este mundo, en esta sociedad, para alcanzar y bendecir a todas las familias de la tierra con salvación y vida eterna.

 

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Este extracto forma parte del libro "Comunidad Segura", y está disponible para su adquisición aquí: acceder al libro.

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Daniel Prieto

Daniel y su esposa Mónica comenzaron en el año 2006 Conexión Pastoral, organización sin fines de lucro que es un ministerio dedicado al desarrollo de iglesias, pastores y líderes saludables que cumplen con la misión de Dios, y a través del cual ministran y equipan al pastor, su familia y su ministerio, además de desarrollar la Escuela de Formación Pastoral, donde cada año cientos de pastores y líderes de todo el mundo están siendo formados como personas y como ministros según el corazón de Dios. La pasión y llamado de Daniel es multiplicar, formar y habilitar la mayor cantidad de lideres de vida que cumplan con la misión de Dios alrededor del mundo.

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