Que nadie te menosprecie por ser joven

Reflexiones para líderes jóvenes en la obra de Dios

Hoy quiero compartir una conversación significativa que tuve con una joven pastora. Durante nuestra charla, me confesó con sinceridad: "No creo que soy una buena líder porque soy joven y hay líderes que no me siguen". Esta declaración me tocó profundamente y me llevó a reflexionar sobre las luchas que enfrentan muchos líderes jóvenes en la obra de Dios.

El desafío de liderar siendo joven
Cuando empecé a liderar en la iglesia, tenía 18 años. Las primeras experiencias fueron retadoras. Recuerdo cómo algunos mayores, al llegar con mi esposa Mónica a nuestra primera iglesia, me miraban y pensaban: “¿Este joven me va a pastorear? Yo le cambié los pañales”. Era claro que, desde el inicio, la juventud representaba una barrera. Y tal vez tú, que lideras siendo joven, te encuentras con miradas de duda o palabras que cuestionan tu llamado.

Consejos clave para los líderes jóvenes
Hay dos lecciones que aprendí y que quiero compartir contigo:

1. No permitas que te menosprecien por ser joven.
El apóstol Pablo, en su carta a Timoteo, fue muy claro: “Nadie tenga en poco tu juventud; sino sé ejemplo de los creyentes” (1 Timoteo 4:12). Como líder joven, no puedes controlar los prejuicios de otros, pero sí puedes decidir cómo responder. La clave es liderar con tu vida. No necesitas convencer a otros con palabras; tu testimonio será tu mejor argumento. Conduce tu vida de tal manera que, aunque cuestionen tu edad, vean la obra de Dios en ti.

2. No esperes que todos te sigan.
No todos aceptaron seguir a Jesús; algunos consideraron su mensaje demasiado difícil. Pero Jesús sabía que su misión era liderar a los que entendían el llamado y estaban dispuestos a seguirle. Como líder joven, aprende a dirigir a aquellos que tienen el mismo corazón que tú. No te detengas por los que no te apoyan; enfócate en los que ven en ti a un siervo de Dios.

La verdad sobre el liderazgo
Dios no busca líderes ya capacitados; Él capacita a aquellos que responden en obediencia. Al final del día, lo más importante es que puedas escuchar la voz de Dios diciendo: “Bien hecho, fuiste fiel y viviste tu llamado”.

A todos los líderes jóvenes, les digo: lideren con pasión, sin miedo a lo que otros piensen. Y a las generaciones mayores, recordemos que los jóvenes traen vino nuevo y un vestido nuevo. Nuestra tarea es apoyarles y darles el espacio para brillar en la obra de Dios.

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 Este artículo esta extraído del vivo de Daniel Prieto, podés verlo haciendo click aquí.

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