Cuando nuestras decisiones provocan momentos amargos en nuestra vida
Reflexión Pastoral #1
4 de agosto, 2022.
Reflexiones sobre el libro de Rut (Daniel Prieto).
Como padres de familia, pastores de iglesia, esposos, esposas, hijos de Dios, simplemente como personas, tenemos que tomar decisiones. Decisiones cotidianas, pero también cada tanto, decisiones determinantes de vida. Muchas veces esas decisiones resultan en momentos amargos en nuestra vida.
Un cambio de barrio y escuela provoca un problema con uno de nuestros hijos. La decisión de nombrar un líder en la congregación termina provocando una división. Se reduce el ministerio que tanto trabajamos para levantar construir en el momento que lo dejamos en manos de otro.. Quizá hasta te puede haber pasado como a Noemí, el traslado de una ciudad a otra en un tiempo de crisis, en busca de una mejor vida resultó desembocando en la muerte de su esposo y dos hijos. (Rut 1:1-3)
Nunca tomamos decisiones buscando un resultado malo. Al contrario, siempre decidimos en base a lo que creemos que va a ser mejor - para nosotros, para las personas que queremos o para el grupo para el que trabajamos.
Pero cuando tomamos decisiones que nos llevan a atravesar momentos amargos en nuestra vida hay 2 cosas que aprendemos del libro de Rut, en particular de Noemí y que debemos recordar.
- No es lo mismo pasar por un momento amargo que tener raíces de amargura en el alma.
Los momentos amargos es lo que Dios permite en su soberanía que atravesemos, pero que esos momentos amargos se incrusten en mi alma como raíces de amargura es lo que yo permito.
Los momentos amargos son parte del camino. Mi responsabilidad en los momentos amargos es cuidar que el momento amargo se vuelva una raíz de amargura en mi vida. Noemí les dijo a las mujeres que la recibieron en Belén que la llamen Mara (que significa “amarga”) pero como veremos en las siguientes reflexiones, Noemí no dejó que sus circunstancias la amarguen como persona.
- Los momentos amargos no tienen el poder de quitarte del plan redentor de Dios para nuestras vidas y a través de nuestra vida.
Algunas crisis parecen decir - aquí se acabó todo. De esta no salís. Noemí vivía en una sociedad donde la mujer sin esposo y sin hijos no tenía valor. Era inmigrante, sin esposo, sin hijos - el futuro que le esperaba era bastante amargo - pero aún así Dios además de darle un hijo, la hizo parte de la línea genealógica de Jesús. Cuando RUT tuvo un hijo, las vecinas no dijeron RUT tuvo un hijo, dijeron NOEMI tuvo un hijo - el espíritu santo dejó registrado que no dejó a Noemí desamparada. (Rut 4:14)
Spoiler alert: a los que siguen a Dios también les va mal. Así que si estás pasando un momento amargo, te recomiendo que leas Rut. Aprende a vivir ese momento amargo de forma que no se transformé en una raíz amarga, y alberga la esperanza. Ese momento amargo no tiene la posibilidad de quitarte del plan de Dios - de lo que él quiere hacer en y a través de tu vida. Al final de ese momento será escrito en la historia, el Señor te ha provisto redentor. (Rut 4:14)
Esta reflexión fue compartida originalmente a través de instagram. Todos los miércoles a las 7am CST transmitimos en vivo la reflexión pastoral.