La prioridad del pastor
¿Crecimiento ministerial o espiritual?
En Conexión Pastoral, creemos que una vida ministerial plena comienza con una vida espiritual sólida. Este mes queremos reflexionar sobre la vida espiritual de los pastores y ministros , aquellos que han aceptado el llamado de Dios para servirle en roles de liderazgo.
La realidad del ministerio: más allá de las tareas pastorales
El ministerio presenta una realidad distinta. Las tensiones, preocupaciones y rutinas que enfrenta un pastor son únicas. Todo cambia cuando respondemos al llamado de Dios para servir, liderar y guiar a Su iglesia. Sin embargo, muchas veces, en el afán de cumplir con nuestras responsabilidades ministeriales, perdemos de vista lo esencial: ¿cómo estamos viviendo nuestra vida espiritual?
Nos han enseñado mucho sobre cómo hacer, pero no siempre sobre cómo vivir. ¿Cómo se traduce nuestra relación con Dios en nuestro día a día? ¿Cómo vivimos nuestras relaciones interpersonales, nuestra vida familiar y nuestro liderazgo en la iglesia? Estas son preguntas fundamentales que debemos abordar para evitar que el ministerio se transforme en una carga o incluso en una cárcel espiritual.
El peligro de priorizar el crecimiento
Es común que los ministros midan su éxito comparándose con otros. Pero cuando el enfoque está en crecer ministerialmente —en cómo Dios nos usa o en cómo nos perciben los demás— el ministerio puede convertirse en una cárcel de frustración y competencia. En lugar de disfrutar de la gracia de Dios, algunos líderes terminan agobiados, sintiéndose limitados o incluso fracasados.
La clave está en redefinir nuestras prioridades . El crecimiento ministerial es valioso, pero nunca debe reemplazar el crecimiento espiritual. Cuando nuestro objetivo principal es reflejar a Cristo y crecer en Su carácter, encontramos libertad. Solo entonces el ministerio se convierte en la mejor expresión de nuestra relación con Dios.
Crecer a la estatura de Cristo
La pregunta crucial que debemos hacernos es: ¿Estoy creciendo espiritualmente a la estatura de Cristo? Esto requiere un compromiso diario con las disciplinas espirituales, como la oración, la lectura de la Palabra y la reflexión. Este enfoque nos permite servir desde un lugar de libertad espiritual y no desde la presión de competir o cumplir expectativas externas.
Cuando hacemos del crecimiento espiritual nuestra prioridad, el ministerio fluye como una extensión natural de nuestra vida en Cristo. En lugar de enfocarnos en nuestra imagen o en el éxito percibido, vivimos para reflejar a Jesús en todo lo que hacemos.
Una invitación a la reflexión
Esta semana te animamos a reflexionar: ¿Cuál es tu prioridad en el ministerio? ¿Estás buscando crecer ministerialmente y competir con otros, o estás comprometido a crecer espiritualmente a la estatura de Cristo? Recuerda que el ministerio no debe ser una carga, sino una oportunidad para vivir y servir en la plenitud de tu libertad en Cristo.
¿Te inspiró esta reflexión?
Este artículo esta extraído del vivo de Daniel Prieto, podés verlo haciendo click aquí.
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